La sangre es la muestra que con mayor frecuencia se usa con fines de análisis. Existen en general tres procedimientos para
obtener muestras de sangre, que son:
- por punción arterial
- por punción cutánea
- por punción venosa.
La diferencia, además de la composición en gases, ya que son obtenidas de arterias o venas, radica en la forma en que se toma la sangre.
Por mucho, la
punción venosa es la que se usa más frecuentemente para los
análisis clínicos de rutina. Excepto en las gasometrías que se realiza la obtención de sangre arterial mediante la punción arterial, y la punción cutánea que se realiza en niños pequeños en los cuales no se puede extraer grandes volúmenes de sangre.
Este artículo se centrará en la
punción venosa ya que es la se realiza rutinariamente en los laboratorios clínicos cuando un paciente asiste para realizar un control de su salud o de una patología determinada mediante
análisis clínicos de laboratorio.
Punción venosa
La relativa facilidad con la que se puede realizar una punción en vena, de ahí el nombre de
punción venosa, para extraer una muestra de sangre, ha determinado que esta sea la técnica que se emplee de manera rutinaria en casi todos los
laboratorios clínicos del mundo.
La extracción de la sangre mediante la
punción venosa, se realiza mediante el empleo de diferentes sistemas, pero todos en esencia implican que se recoja la sangre en un tubo. Asi, el uso de la jeringa de plástico descartable es común en la mayor parte del mundo en vias de desarrollo, en cambio, en los países más desarrollados se emplean sistemas al vacío.
La sangre que se toma así, independientemente del método, debe ser separada en por lo menos dos fracciones: una con algún anticoagulante, y la otra sin él.
De esta manera, la
muestra de sangre que se recoge con el anticoagulante, que puede variar en cuanto a su composición química pero suele ser EDTA en la mayor parte de los casos, es empleada en aquellas pruebas que requieren contar con una muestra similar a la que se halla dentro de los vasos sanguíneos, la prueba más común: el hemograma que nos dá un detalle de el número de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas, y otros valores que se obtienen de esta muestra.
La sangre que se recoge sin el anticoagulante, coagulará después de un tiempo, y por medio de la centrifugación, se procederá a separar la parte de los elementos formes de la sangre, y el líquido sobrenadante llamado suero, sobre el cuál se realizan la casi totalidad de mediciones de compuestos de la sangre, como ser,
glucosa, colesterol, triglicéridos, ácido úrico, transaminasas, creatinina, úrea, nitrógeno uréico, etc, etc.
Técnica de la punción venosa
La técnica que se emplea para tomar una muestra de sangre venosa, es decir una venopunción, es relativamente sencilla, pero se deben respetar estos aspectos básicos:
- Si usted es el paciente, asegúrese de que el técnico del laboratorio, o el profesional que le está atendiendo, sepa claramente su nombre, y cerciórese que tiene perfectamente identificados en los tubos donde colocará su muestra de sangre el código o el nombre que lo identifica a usted. Verifique que el material que emplean en usted es estéril o descartable.
- El paciente puede estar sentado, o echado.
- Se le pedirá al paciente que haga un puño para que las venas resalten y se hagan palpables.
- Seleccionarán la vena a puncionar. Generalmente prefieren las venas de la fosa antecubital, en particular la cubital interna y la cefálica. Es decir aquellas que se encuentran en el pliegue interno del codo. Pero puede ocurrir que se escojan otras venas, ubicadas en muñeca, tobillo o incluso la mano.
- Limpiarán la zona de la punción con una solución antiséptica, generalmente alcohol isopropílico al 70 % embebido en una torunda de algodón. Se deja que seque la zona y no se la vuelve a tocar hasta después de realizada la punción.
- Recién deberían colocarle ahora el torniquete varios centímetros por encima de la zona escogida, es importante que este torniquete no permanezca más allá de lo estrictamente necesario, lo cuál suele ser un minuto o cuando mucho dos.
- El técnico del laboratorio fijará la vena por arriba y por debajo de la zona de punción con ayuda de sus dedos.
- Se realiza ahora la venopunción. Es un procedimiento que efectuado con la suficiente destreza, no debe ocasionar más allá de un pequeño dolor, particularmente el momento de introducir la aguja.
- Cuando comience a fluir la sangre, se debe liberar el torniquete.
- Cuando se haya extraído toda la sangre necesaria, se le solicitará al paciente que relaje el puño y que no bombee con la mano.
- Se coloca un algodón estéril sobre la zona de la punción, se retira la aguja, y se realiza la presión necesaria por un tiempo prudente hasta que ya no exista salida de sangre.
- Se debe tener cuidado de verificar que el paciente no lleve ropa alguna que pueda ejercer una presión excesiva sobre el brazo que se utiliza para realizar la extracción, ya que podría ejercer un efecto de torniquete que puede conducir a la formación de grandes hematomas en la zona de la venopunción.
- El técnico, colocará la sangre en los recipientes que preparó para el efecto, y después de cerciorarse de que ya no existe sangrado en el lugar de la punción, solicitará al paciente que se retire.
Y bien, eso es todo, si todo ha ido como debería, el paciente no debe presentar ningún tipo de abultamiento o sangrado en la zona de la punción, no debe mostrar ningun dolor extraño, o sensación anormal.
Así, el laboratorio contará con la
muestra de sangre necesaria para realizar todos los
análisis clínicos que ha sugerido el profesional médico, o el especialista.